lunes. 29.04.2024

Los héroes que perdieron

Escuché cosas preciosas sobre gente a la que luego no volvimos a ver porque desaparecían en una nube de abstinencia, calor, euforia, hipotermia, temblores, gritos, lloros, hospitales, tumbas. Desaparecían después de ser niños que jugaban a los soldaditos, a la peonza, a las canicas, gente que besaba a sus madres antes de ir al colegio, gente que sentía, quería, gente que vivía en pueblos como el mío, en la Sierra de Gata.

Tampoco tuvieron la culpa de aquellos años 80 que se habían sumergido tan rápidamente en modas que tal vez eran demasiado desconocidas para aquellos cuerpos acostumbrados al calor humano, a las discotecas tempranas, a las canciones que hablaban de amor, a los olivares, al equipaje, a las noches de verbena, a todo aquello que tanto echaron de menos cuando ella llegó. Y es que ella apareció y muchos cayeron rendidos a sus pies sin ni siquiera conocerla, fue un amor a primera vista, la heroína tocó sus puertas e hizo de aquellas vidas un pronóstico reservado que acabó con aquellos cuerpos y los convirtió en fieles criados de una sustancia incontrolable y feroz que escondía kilos de belleza, cariño, y educación.

Sé que es tarde, quizás demasiado, sé que quizás no soy el más indicado para hablar de esto, pero también existen héroes como ellos, que cayeron ante las circunstancias de la vida, que lucharon contra sí mismos durante años, y que aunque muchos no lo consiguieron nos enseñaron que el infierno está muy cerca del cielo, nos mostraron la fugacidad de la vida, la importancia de cada segundo, nos enseñaron a echar de menos, a echar de más, a aprender, nos enseñaron que detrás de todos nuestros prejuicios existen personas increíbles a las que debemos ayudar. Héroes que perdieron, pero que para muchos como yo seguirán ganando en nuestros recuerdos. Allá donde estén.

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Los héroes que perdieron