El jueves --como adelantó a sus lectores www.sierradegatadigital.es-- los propietarios de los puestos que operan en el norte cacereño no movieron ficha. Tres horas y media de reunión en la que los productores expusieron sus demandas y los compradores, escucharon y callaron. El único acuerdo alcanzado esa noche fue el cierre de la cita para el día siguiente.
El viernes, a las seis de la tarde las partes volvieron a reunirse y en esa ocasión, sí hubo “fumata blanca”, tal como esperaba y declaraba a este diario Luis Gordon Martín, portavoz y promotor de esta revuelta olivarera en el norte de Cáceres.
Tras cerca de seis horas de reunión, los compradores han admitido fijar un precio para la aceituna manzanilla cacereña antes de que empiece la campaña de recolección. Según este acuerdo, los compradores pagarán a los olivicultores 85 pesetas por el kilo de primera y 55 pesetas por el kilo de segunda. Para las cooperativas, el precio será de 95 y 65 pesetas, respectivamente.
Este año, ya es tarde y las mejores olivas se han perdido en el árbol, golpeadas por el granizo y rajadas por las lluvias excesivas de estos últimos días. El año que viene, la negociación sobre los precios comenzará en agosto de tal forma que los olivicultores sabrán cuánto ganarán por kilo y clase de aceituna manzanilla cacereña.
Aún quedan flecos por solucionar y éstos pasan por la voluntad política del Gobierno regional. El primero de ellos estriba en las inspecciones de los puestos ilegales prometida por José Antonio Echávarri en la reunión mantenida con los agricultores la víspera de la gran maniestación que tuvo lugar el pasado jueves, día 18 de septiembre, cuando cerca de 3.000 olivareros clamaban por un precio justo por el fruto de su trabajo.
La segunda cuestión es la creación de una Denominación de Origen para la aceituna de mesa manzanilla cacereña. Si bien ya existe una DOP para el aceite de oliva Gata--Hurdes, la creación de su homóloga para la aceituna quedó hace unos años en el “limbo de los justos”.
Como dijo Marisa, olivarera de Torrecilla de los Ángeles, parafraseando al poeta “se hace camino al andar”, y nuestros olivareros ya han recorrido los primeros metros.
Esta campaña, contra todo pronóstico, “va a ser catastrófica”, asegura Luis Martín Gordo que pone un ejemplo gráfico: “si el año pasado obtenía 25 kilos de acetuna verde por árbol, este año he sido capaz de coger 25 kilos con 16 árboles”. Los costes de la recogida de aceituna manzanilla cacereña para mesa “son altísimos, nuestro terreno es de montaña y no puede mecanizarse”, apunta Gordo para quien “la solución pasa por la creación de una Denominación de Origen, que promueva un producto escaso pero de gran calidad”. Otro inconveniente de la presente campaña “son las aguas tempranas que van a hacer que las aceitunas para almazara no rindan igual”, añade Luis Gordo.
Desde este digital, nuestra más efusiva enhorabuena a todos ellos y nuestro apoyo incondicional. Ponemos a disposición de nuestros olivareros, en particular, y de nuestros agricultores y vecinos, en general, este diario para que a través de nuestras páginas, que son las suyas, realicen cuantas reivindicaciones consideren necesarias.
Estamos a su servicio.
El periodista y escritor Juan Antonio Pérez Mateos --premio Tirso de Molina de Teatro-- se suma a las reivindicaciones de los olivareros del norte de Cáceres en su artículo de esta semana para los lectores de www.sierradegatadgital.es, LAS LETRAS DEL VIENTO. Postal sepia de Villanueva de la Sierra.
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