lunes. 13.05.2024

Santibáñez el Alto está experimentando un crecimiento singular en cuanto a la oferta turística se refiere. La localidad reúne en sí misma todos los ingredientes que hacen de una oferta turística una opción única, un ‘paquete’ exclusivo: vela, golf, patrimonio, turismo ornitológico, senderismo y pesca y lo que es todavía mejor: una oferta de calidad para toda la familia.

El pueblo es una de las localidades con mejores panorámicas de sierra de Gata. A 700 metros sobre el nivel del mar se erige el imponente castillo de San Juan de Máscoras, de donde tomó su nombre la localidad en la época medieval. Del castillo de Santibáñez dice el catedrático Florencio García Mogollón es “una de las más complejas y grandes fortalezas de la región extremeña”. En su ladera, un recoleto cementerio rodeado de elevadas murallas protectoras y en las proximidades, la plaza de toros de coso irregular y vistas espectaculares.

Desde las calles de Santibáñez el Alto se contempla a sus pies el Embalse del Borbollón en cuya orilla se encuentra el Club de vela Barlovento, el segundo más antiguo de España y que el próximo mes de mayo acogerá el campeonato de España de vela y de la EuropaCup de Vaurien. El club es un lugar vintage con socios de rango abolengo y escuela de verano donde se han formado afamados campeones.

Al otro lado de la presa, sobre una espectacular dehesa extremeña, está abierto desde hace dos años el Club de golf Parraluz con escuela para niños y adultos que precisamente ahora y hasta junio está impartiendo clases de iniciación. Junto a sus instalaciones se encuentra uno de los dos restaurantes con que cuenta la localidad. El segundo es la Venta del Fraile, en el cruce de Pozuelo de Zarzón, especializado asados y con una decoración muy apropiada para la zona.

Si el golf y la vela, no fuera suficiente, en el embalse de Santibáñez también puede practicarse la pesca y es además, lugar estratégico para el avistamiento de las grullas desde noviembre hasta marzo. Miles y miles de aves invernantes duermen en la isla central del embalse, zona de especial protección de aves (ZEPA). Hasta la isla cruzan cada anochecer miles de grullas --se estima que un total de 75.000 ejemplares de estas aves zancudas llegan hasta Extremadura cada invierno procedentes del norte de Europa-- y al amanecer abandonan la isla en bandadas para ir a pasar el día comiendo en las dehesas circundantes. Posadas en tierra puede vérselas con facilidad en los campos de la carretera de La Moheda de Gata.

Desde la carretera EX--205 dirección hacia el pantano del Borbollón sale a la izquierda una desviación señalizada hacia Los Pajares de Santibáñez el Alto, más de 400 construcciones agroganaderas en uso parcial declaradas por el gobierno regional Bien de Interés Cultural. La dehesa, que aún se muestra apenas florida de espino blanco, es sencillamente espectacular. Las más de 400 construcciones agroganaderas, todas ellas de planta baja, los más de 1000 acebuches centenarios, los muros todos de piedra seca hacen del conjunto un lugar mágico al que regresar. Caballos y vacas pacen entre magarzas y regatos para dar más autenticidad si cabe a este espacio único.

Hasta Los Pajares también se puede bajar directamente desde la localidad por La calzada, un camino empedrado que parte de la zona del consultorio médico santibañejo. Este era el camino natural por donde bajaban cada años los vecinos y vecinas del pueblo para participar en la Feria de Ganado, que se celebraba en la dehesa boyal y que ahora mantiene la tradición con las fiestas estivales del 14 de agosto. 

Para la temporada de verano, Santibáñez el Alto cuenta con una magnifica piscina fluvial en el río Árrago, situada en la carretera de La reina. Con un vaso de 30 x 10 metros y una profundidad máxima de dos metros, la piscina cuenta con zona de saltos, área infantil, playa y umbría. Dispone también de kiosko, baños públicos y aparcamiento.

Este verano está prevista la segunda edición del Sol Festival, un encuentro de música trans que cuenta con tantos detractores como defensores en la zona. El pasado año, el festival de música atrajo menos público del esperado. Esta segunda edición será de menores dimensiones que la anterior, cuando el despliegue de instalaciones, escenarios, cubiertas y sofisticadas haimas sólo cabe calificarlo de espectacular.

Hoy por hoy, sobre el cielo de Santibáñez, junto a la luna, en las noches claras se ve desde cualquier punto de la sierra oriental, al planeta Marte engalanar el conjunto.

A Santibáñez el Alto que todo lo tiene sólo le falta en su oferta lo que abunda por el resto de la sierra: alojamientos rurales. En estos momentos está en obras o a punto de comenzar la construcción de la primera casa rural de la localidad, con lo que su oferta en breve será completa.

Ahora viene a sumarse a este calálogo, un proyecto también singular que busca la autogestión de los individuos, llevar a sus extremos el concepto anglosajón do it yourself (hadlo tu mismo) tan denostado en tierras latinas como la nuestra. La Red Openeland podrá en marcha su proyecto este verano con intenciones de permanencia.

Todo ello hace un conjunto único y singular que sólo se encuentra en sierra de Gata.

Santibañez el Alto ofrece al turista una oferta exclusiva