viernes. 26.04.2024

105. Obsesiones

Muchas de las tradiciones que imperan hoy día, en las diferentes culturas, han sido generadas por personas que tenían obsesiones y ocupaban un lugar preeminente en la sociedad, y en nuestra historia hay muchos ejemplos de ello

El pensador
El pensador

Podríamos decir que una obsesión es una idea, una preocupación o un deseo que alguien no puede apartar de su mente.

Todos en algún momento hemos tenido una obsesión y sabemos los quebraderos de cabeza que produce e incluso alteraciones mentales.

Muchas de las tradiciones que imperan hoy día, en las diferentes culturas, han sido generadas por personas que tenían obsesiones y ocupaban un lugar preeminente en la sociedad, y en nuestra historia hay muchos ejemplos de ello.

En general, todo aquel que sufre de una obsesión intenta confirmarla para no volverse loco, y la mejor forma de hacerlo, es compartirla con los demás con la suficiente energía, como para tratar de convencerles de que esa idea obsesiva se basa en la realidad pero, sobre todo, si esa obsesión implica una solución a los problemas sociales, entonces la repercusión, la aceptación y la alienación de la gente están garantizadas.

Nerón, Napoleón, Franco, Hitler, Mussolini y y si me apuráis hasta Gandhi entran dentro de este apartado.

No podemos hacernos los sordos e ignorar las obsesiones y sus derivaciones o consecuencias, porque en la convivencia diaria influyen y por tanto debemos tenerlas en cuenta.

Obsesiones sexuales, económicas, políticas, religiosa, educacionales, etc. pueden alterar gravemente la convivencia haciendo el dialogo y la convivencia muy complicadas.

En las sociedades y culturas que nos han precedido en este planeta, que han tenido un importante grado de prosperidad, en muchas ocasiones lo han conseguido por comportamientos obsesivos de sus dirigentes, pero también un muchas ocasiones, les han llevado a la casi total desaparición, por eso es muy importante que las creencias se respeten, pero que no salgan del ámbito individual.

Una de las premisas más importantes para vivir de acuerdo con las propias creencias, para que no nos coman el tarro, nos manipulen y nos lleven por donde les de la gana, es ser librepensador, es decir pensar por uno  mismo. Porque la verdad de hoy de un dirigente político o filósofo o sabio, puede ser mentira mañana y un librepensador debe saber colocarse siempre en un punto de observación aséptico, independiente, pues es la única manera de serle útil a todos.

Eso no significa que uno no se implique en las tareas sociales o ayuda a los demás, sino que esa implicación debe ser libre de prejuicios  y, si es posible, de obsesiones.

Hasta otro día amigos.

Un abrazo.

Agustín.

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105. Obsesiones