jueves. 28.03.2024

¿Podría la Sierra de Gata vivir del turismo?

La actual situación económica, unida a la impresionante inversión de mas de mil cien millones de pesetas para la puesta en marcha de la Hospedería de San Martín de Trevejo, me hacen reflexionar sobre las oportunidades de nuestra comarca para crear actividad económica y puestos de trabajo explotando el potencial turístico que tenemos.

La actual situación económica, unida a la impresionante inversión de mas de mil cien millones de pesetas para la puesta en marcha de la Hospedería de San Martín de Trevejo, me hacen reflexionar sobre las oportunidades de nuestra comarca para crear actividad económica y puestos de trabajo explotando el potencial turístico que tenemos.

Que la Junta de Extremadura haya invertido más de 36 millones de pesetas en la creación de cada una de las 30 habitaciones de la Hospedería es un hecho cuando menos curioso. Aunque me pregunto si esas ingentes cantidades de dinero público, de existir una línea definida de prioridades, no se hubieran podido utilizar de una forma mas productiva.

En este artículo trataré de forma resumida una sería de planteamientos generales al respecto. Con el permiso de la Directora de esta publicación, en posteriores aportaciones desmenuzaré al detalle cada uno de esos puntos.

La primera pregunta es si La Sierra de Gata tiene un patrimonio, un hecho diferencial, que nos permita crear una industria turística atractiva y
comercialmente viable. Es decir, si tenemos o no la materia prima para hacer del turismo un negocio rentable en nuestra Comarca. O, para que todos me entiendan, si podríamos prácticamente acabar con el paro en nuestra Comarca.

Mi respuesta es que sí. Y me explico. Tenemos, al menos, seis elementos muy atractivos para el turismo que son difíciles de encontrar agrupados en ningún otro territorio de la geografía española. Muchos lugares, reuniendo sólo una o dos de estas características, han desarrollado una industria turística propia y muy rentable. Permítanme que enumere esas cosas que nos hacen tan especiales y que nos podrían hacer prosperar:

  1. En más de la mitad de los pueblos de Sierra de Gata existen cascos históricos atractivos, típicos, bien conservados y, en el peor de los casos, fácilmente recuperables.
  2. Tenemos un paisaje espectacular, variado y virgen.
  3. Disponemos de una gran cantidad de ríos y de piscinas naturales. Nuestra red fluvial es densa y de una inmensa belleza si se la cuida mínimamente. 
  4. Tenemos tipismo, productos hortofrutícolas de calidad, gastronomía y vida rural bastante auténtica.
  5. La Sierra de Gata disfruta de un micro-clima muy favorable todo el año.
  6. Sorprendentemente y en muy poco tiempo, la Sierra de Gata se ha dotado de una excelente red de carreteras interiores. Aún más sorprendente es que han creado autovías que nos dotan de una buenísima red de acceso de alta velocidad con el Norte, Sur y Este del resto de España. La Sierra de Gata ahora está a menos de 3 horas de prácticamente el 50% del territorio nacional.

Estos seis elementos de gran potencialidad para el desarrollo de una industria turística comarcal se dan por separado en muchos sitios de España, pero, todos juntos, en prácticamente ningún lugar. En los pocos que se dan como podría ser La Vera o el Valle del Jerte no se han potenciado adecuadamente o se ha dado por hecho que, al disponer de estas características, el turismo vendría sólo. Y no ha sido así, el mejor de los casos se ha dado una sobre-explotación de muy mala calidad con un rápido deterioro del paisaje rural y urbano.

Así, me queda claro que la Sierra de Gata tiene un inmenso potencial turístico que podría dar trabajo a mas de un 50 % de la población, pero también que, por el hecho de tenerlo, el turismo no va a venir solo. Y no se trata solo de promoción ni de dinero público: se trata de una voluntad colectiva.

Pensemos de nuevo en ejemplos cercanos y así comprenderán por qué la foto que ilustra este artículo no es de La Sierra de Gata si no de La Alberca, en Salamanca:

San Martín de Trevejo, Hoyos, Torre de D. Miguel y otros pueblos de la Sierra de Gata tienen cascos históricos tan bonitos o mas que La Alberca. Sin embargo, con un clima frio y mal comunicada, la población (Apenas 1.100 habitantes) vive prácticamente en su totalidad de un turismo que literalmente los desborda. ¿Por qué? Esta es la pregunta del millón.

Mucha gente responderá que ha sido por que han hecho mucha promoción. Eso es falso, la respuesta es mucho mas sencilla y económica: Han llenado todo el casco histórico de flores.

Y no estoy loco al afirmar una cuestión tan aparentemente simple, esa es la principal razón del éxito de La Alberca. Luego, por supuesto, hay muchos otros detalles que han contribuido, como pueden haber sido ser maquillar las construcciones mas modernas, definir muy bien lo que es casco y lo que no lo es, facilitar el aparcamiento o crear “puestas en escena” muy baratas y efectivas como soltar un cerdo por las calles del pueblo.

La persona que decidió llenar el pueblo de flores era mucho menos ingenua de lo que pudiera parecer. La razón final no era su amor por la flora, es más, sabía que en invierno se helarían, pero en invierno prácticamente nadie acude a La Alberca por razones obvias; lo que estaba haciendo era crear una identidad turística diferencial para su población: La Alberca dejó de ser un casco histórico bastante típico y bonito, (Como puede ser el de Gata) para ser algo diferente y homogéneo con un colorido que le daba identidad. De paso, las construcciones menos típicas, que también las hay, quedaban envueltas entre la frondosidad cromática, pasando desapercibidas y mimetizándose con el entorno. No se puede hacer más con menos.

Por supuesto que llenar un casco histórico de flores puede ser mas complicado de lo que parece a primera vista. Exige algo que no tiene precio: participación de los vecinos y voluntad decidida de los responsables municipales. En la Alberca, al principio, la colaboración no fue total, sin embargo, las razones de peso empezaron a imponerse por si solas en forma de autobuses cargados de turistas que arrasaban consumiendo en bares, restaurantes y tiendas de cualquier producto. Cualquier negocio relacionado con el turismo en La Alberca funciona, y eso hace que los vecinos llenen sus balcones de flores y las cuiden con mimo mientras el clima lo permita. Hoy, las flores de La Alberca, además de un reclamo para los turistas son un símbolo de lo que puede hacer la unión de los vecinos en la consecución de un objetivo común. También las flores son sólo el símbolo del inicio de su “revolución turística”, detrás de las flores se puso mucho más: empeño, voluntad, trabajo y sobre todo, fe en ellos mismos.

El coste real de llenar todos los cascos históricos de Sierra de Gata de flores sería muy inferior la coste de una sola de las habitaciones de la Hospedería. Pero hay que querer.

El ejemplo de La Alberca es una mera anécdota para ilustrar el contenido de este artículo. Lo que quiero decir con ello es que si un municipio -que apenas tiene una de las 6 virtudes de potencial turístico que he enumerado antes- tiene un éxito total, imaginemos lo que sería la comarca de Sierra de Gata si actuáramos con imaginación, constancia, eficacia sobre cada uno de ellos. Y por supuesto sin necesidad de despilfarrar dinero público. Para hacerlo hace falta mas voluntad y convicción que dinero.

Escribir, es como soñar:no cuesta dinero. Permítanme que soñemos juntos lo que se podría hacer a grandes rasgos para adaptar y poner en valor alguna de esas cosas que nos diferencian y dan ventaja respecto a cualquier otra región de España para crear una industria turística de la que podamos vivir todos orgullosamente.

CASCOS URBANOS: Por supuesto, llenémoslos de flores, de flores preciosas que cada época del año nos den un color y un olor. No hará falta señalizarlos, los reconocerán por su colorido.

Disimulemos los edificios que desentonan llenándolos de hiedras. El centro de Formación de Profesores de Hoyos (O como se llame, pero me refiero al enjendro arquitectónico que hay frente a la casa de cultura)debería ser un jardín vertical.

Hay casas deshabitadas sin vecinos para cuidar las flores, ya lo se, pero también hay escaleras de mano para colocar las plantas en los balcones y mantenerlas. Hay casa sin balcones, ya lo se, pero también hay herreros que por poco dinero pueden hacer maceteros que se atornillen a las fachadas.

Por supuesto hay que hacer mucho más en los cascos urbanos, pero, poco a poco: no permitamos construcciones nuevas desacordes con la arquitectura típica, adoquinemos con piedra sin pulir cuando corresponda y homogeneicemos los colores de las fachadas lucidas en cada localidad…

Imaginemos esos cascos históricos con conciertos, con una iluminación medieval, con velas y candiles determinados días, al igual que ocurre en otras poblaciones…

Con esto sería suficiente. En La Alberca lo ha sido y todos viven del turismo.

PAISAJE: Es sólo cuestión de limpieza y de estética. De nuevo, el dinero no es lo principal.

Lo que el turista ve desde su coche o cuando pasea, es muy importante para el éxito de esta industria. Lo que ves desde la ventanilla no se puede tratar con Photoshop. Hay cosas que no se deben ver: suciedad, basuras, plantas sin cuidar, zarzales que devoran los preciosos muros de piedra, neumáticos, escombreras, construcciones industriales, bañeras o lavadoras puestas del revés como bebederos…

Para actuar de forma eficaz sobre ese paisaje hay dos formulas: hacer responsables a los propietarios mediante una regulación paisajística de obligado cumplimiento (Como ocurre en toda Europa) y, la otra, utilizar recursos propios para actuar. Los recursos propios pueden ser municipales (Emplear gente para limpiar y “maquillar” lo que se ve desde las carreteras) o particulares (Los vecinos se pueden unir para limpiar, como se hace en muchos sitios de España donde la gente ama y cuida su paisaje).

RIOS Y PISCINAS NATURALES: Es una de las cosas mas llamativas y agradables que tenemos. En ningún otro lugar de España existe una concentración tan grande de piscinas fluviales, y mucho menos con accesos tan cómodos. (Las “gargantas” de La Vera son muy bonitas, pero muy incómodas e inaccesibles).

Como estamos soñando, permítanme imaginarlas limpias, sin basuras, cuidadas, con unos chiringuitos impecables, típicos, homogéneos y cómodos. Con unos equipos de jardineros que las cuidan desde la primavera. Con puentes para acceder a ambos márgenes y lugares cómodos donde ponerse. Señalizadas. Con buenos y limpios aparcamientos con sombra natural…

No digamos que ocurriría si nuestros ríos estuvieran limpios y fueran paseables mediante veredas integradas en los márgenes. Sólo esto sería una fuente inagotable de ingresos por turismo.

PRODUCTOS HORTOFRUTÍCOLAS, TIPISMO Y GASTRONOMÍA: Soñemos que todos los fines de semana se celebran mercadillos hortofrutícolas y de productos típicos y artesanía en varias localidades de Sierra de Gata, aquellas con los cascos urbanos más típicos. Hablo de un mercadillo al estilo del que se ha celebrado ya en varias ocasiones en Hoyos, pero con unos puestos bonitos y diseñados expresamente. Imaginemos que los turistas se llevan a sus casas productos de excelente calidad a muy bajo precio y, que los productores de la zona, obtienen el triple de beneficios que si los vendieran a los mayoristas.

No hay mejor folleto para llevarse que nuestros sabores tan auténticos. ¿Se imaginan los autobuses cargados de turistas que vienen a hacer la compra de productos auténticos a menor precio que al Carrefour? Todos ganaríamos…

Soñemos ahora con la gastronomía. Cuando uno, por ejemplo, va a Asturias, en todas partes te ponen chorizo a la sidra y fabes. Por supuesto tienen otros productos gastronómicos, sin embargo todos se han puesto de acuerdo en que esas dos cosas hay que darlas en todas partes y con una elaboración y sabores muy parecida. ¿Por qué? Por que crean marca. Las fabes son Asturias y Asturias es las fabes. Es fácil de comunicar, un buen sabor es una buena marca. El mensaje es sencillo y muy efectivo.

En Sierra de Gata deberíamos definir cuales son los platos de la gastronomía sierragatuna y promocionarlos. Al menos dos de ellos deberían ser platos estrella y ofrecerse con elaboración muy parecida en todas partes. Yo voto por la ensalada de naranjas por su absoluta originalidad respecto a otras regiones. Pero hay otros muchos platos…

Respecto al clima y las comunicaciones son factores sobre los que no hay que actuar. Los tenemos ahí, simplemente tenemos que comunicarlos y aprovecharse de la suerte que tenemos.

Resumiendo, considero que disponemos un potencial turístico impresionante, pero, para sacarle partido hay que actuar sobre él, darle forma y, comunicarlo de forma efectiva. También tenemos que mentalizarnos y prepararnos. Profesionalizarnos.

Si los habitantes de La Sierra apostáramos en masa por esta forma de desarrollo, si aplicamos los recursos personales, económicos y administrativos de forma eficiente, con muy poco dinero, podríamos hacer mucho; tanto como para desterrar el desempleo de Sierra de Gata.

Nuestra comarca es única para crear un paraíso de turismo de interior. Pero, como se dice ahora, hay que currárselo.

Pero de eso hablaremos en otra entrega.

¿Podría la Sierra de Gata vivir del turismo?