martes. 23.04.2024

El pleito de los hijos de la Morena

La Reconquista es un período largo y complicado que hoy en algunas partes del Reino de España (nombre oficial de nuestro país y no el de Estado español, denominación genuinamente franquista) suele falsearse para justificar diferencias y peculiaridades regionales no siempre existentes. Durante ese período el trasiego de poblaciones de uno a otro lado fue casi incesante.

La Reconquista es un período largo y complicado que hoy en algunas partes del Reino de España (nombre oficial de nuestro país y no el de Estado español, denominación genuinamente franquista) suele falsearse para justificar diferencias y peculiaridades regionales no siempre existentes. Durante ese período el trasiego de poblaciones de uno a otro lado fue casi incesante. No son estas páginas, por falta de espacio, el lugar adecuado para hablar de esos trasiegos. Mas, recordemos alguno que afectó a nuestra comarca y démosle un ligero toque de fotonovela para hacerlo más atractivo.

Cuando se produjo la invasión musulmana la mayor parte de la población hispano-goda siguió residiendo en sus pueblos de siempre ya que si bien es cierto que eran explotados económicamente por los invasores no lo es menos que no se les perseguía por motivos religiosos. Las cosas cambiaron en el último tercio del siglo IX. El rey Ordoño I venció a los musulmanes en la batalla de Albelda (860), origen de la mítica e inexistente batalla de Clavijo y de la aparición de Santiago Matamoros, y animado por esa victoria se lanzó hacia el Sur. En lo que a nosotros nos concierne digamos que cruzó Sierra de Gata y conquistó Coria. Restauró la sede episcopal y nombró obispo a un tal Jacobo a quien acompañaban bastantes astures. Pero, poco después los musulmanes volvieron a tomar la ciudad y el obispo Jacobo y su gente, tanto quienes procedían del norte como los de Coria, tuvieron que huir hacia Asturias. En sus nuevos lugares de residencia a éstos acompañantes del obispo Jacobo se les llamó coritos. (Es evidente que no sabían tanto latín como cualquiera de nosotros ya que en ese caso los habrían llamado con el nombre romano de caurienses). Años después el rey Alfonso III (866 910) volvió a hacer lo mismo que su antecesor y acogió en su reino a otro crecido número de mozárabes. Algunos que procedían de Coria fundaron el pueblo llamado Coreses, hoy en la provincia de Zamora

Es decir, en el antiguo reino de Asturias (que también comprendía Galicia y la Cantabria actuales) había bastante gente cuyo origen estaba en nuestra ciudad de Coria y que por ello eran llamados coritos o coreses.

Cuando Alfonso IX (1188-1230) reconquistó gran parte de lo que hoy es Extremadura algunos de ellos regresaron a nuestra región, se establecieron en alguno de nuestros pueblos tales La Pescueza o Feria y siguieron siendo llamados igual: coritos o guritos (en Villamiel).

Y en estos pueblos estuvieron tranquilos ellos y sus sucesores durante más de doscientos años, en concreto hasta el reinado de Enrique IV (1454-1474).

Ha habido pocos prohombres que hayan hecho tanto personalmente por la repoblación de Extremadura como don Gutierre de Sotomayor, maestre de Alcántara, quien a pesar de su voto de castidad dejó hijos reconocidos por media región. Uno de ellos fue Rui Gonzalo de Sotomayor, quien a la muerte del maestre fue nombrado comendador de Trevejo.

Parece ser que fue este don Rui quien comenzó el acondicionamiento del castillo. Para ello tuvo que traer canteros y expertos de fuera. Uno de los que vinieron fue Juan de Obregón, corito de la localidad hoy cántabra de Entrambasaguas. Como corito que era descendía de quienes cuatrocientos años antes habían dejado las tierras de Coria y su habían refugiado en la cordillera cantábrica. ¿Por qué vino aquí ¿La atrajo un instinto atávico? ¿Se recordaba en su familia el origen corito? Lo ignoramos.

Éste recién llegado era lo que indica su apellido: obregón o maestro de obras. Presumiblemente fue encargado del acondicionamiento y conservación del castillo. Tenía unos veinticinco años. Estaba soltero. Y como quiera que no es bueno que el hombre esté solo, el nuevo vecino buscó novia y se casó en Villamiel con una hermosa joven llamada Isabel Martín, más conocida por el sobrenombre de la Morena. Al excelente cantero Juan de Obregón le iban las cosas bastante bien: había trabajo, había encontrado esposa de buen ver, no se pagaban impuestos...así que llamó a sus hermanos Pedro y Rodrigo para que viniesen a trabajar con él. ¿Cuántas piedras del castillo de Trevejo habrán sido talladas por los hermanos Obregón? El obregón Juan de Obregón se dedicó a hacerle hijos a la guapa Morena, hasta seis. Eran felices.

Al comendador frey Rui Gonzalo de Sotomator le sucedió frey Diego Bernal y éste, por un error de cálculo, fue el culpable indirecto de los males que sufrió el feliz matrimonio.

Durante el reinado de Enrique IV se desarrollaron en Extremadura dos guerras civiles a veces tres en muchas ocasiones simultáneas. 1ª. Entre los Solís y los Monroy; 2ª. Entre todo el mundo y Enrique IV.

El año 1465, el maestre de Alcántara y el comendador de Trevejo frey Diego Bernal se unieron a los rebeldes que habían proclamado rey al joven infante don Alfonso, frente a Enrique IV. El rey que sabía de la inquina existente entre el maestre (un Solís) y el clavero Álonso de Monroy, que vivía en Robledillo, le mandó a éste una carta desde Salamanca ordenándole desalojase de nuestro castillo a frey Diego Bernal. .

El comendador frey Diego Bernal reclutó a todos sus empleados y sirvientes. No sirvió de nada. Hubo muertos y los seguidores de Monroy tomaron el castillo. Entre las víctimas estaba Juan de Obregón quien murió de un flechazo. Así al menos lo contó el pechero de Trevejo Juan Lavado, tiempo después, asegurando que él tuvo una candela en la mano mientras Juan de Obregón moría.

Debió dejar una buena herencia porque sus hijos se criaron sin privaciones. Pasado el tiempo dos de esos hijos contrajeron matrimonio. El mayor, Juan Pérez de Obregón o Juan de Obregón, que de ambas formas solía llamarse casó en Villamiel; el otro, Pedro, casó en Cilleros. Y pusieron el mismo entusiasmo que su padre en hacer obregoncitos.

En resumen: a pesar de la temprana muerte del padre a los Obregón las cosas les iban relativamente bien. Hasta que llegó al trono de Castilla Isabel la Católica.

Los nobles y la iglesia estaban exentos de impuestos o pechos pero el pueblo llano, no. Enrique IV no cobraba a nadie; la reina Isabel –que había heredado un reino tan endeudado como el actual- impuso pechos a los vecinos normales y corrientes. Se le quisieron cobrar a Juan (Pérez) de Obregón, hijo del muerto en el castillo. Juan se negó a pagar alegando que era hidalgo, tal como lo había sido su padre y lo eran todos los naturales de las Asturias de Santillana, y los hidalgos, como cualquier otro noble estaban exentos de pechar. El ayuntamiento de Villamiel decía que no era posible que un hijo de la Morena fuera hidalgo ya que ella no lo era y le embargó sus bienes. Resultado: pleito en la Chancillería de Valladolid.

Duró once años. Lo ganaron los Obregones hijos de la Morena quienes fueron reconocidos como hidalgos y por lo tanto exentos de pechos (impuestos) concejiles. Para que en el futuro nadie negase su condición y les quisiera cobrar tales pechos colocaron en la fachada de su casa el escudo familiar (que se conserva). La Morena, que ya había muerto, desde  su tumba debió darle un corte de mangas a los del ayuntamiento.

El pleito de los hijos de la Morena