viernes. 29.03.2024

Según los entendidos, quien tiene duende posee magia y autenticidad de espíritu, rasgos contradictorios que sólo pueden convivir allí donde habitan los sueños.

Al poner el pie en el umbral de la gran casona del 29 de la calle Los Caños, nuestros oídos se empapan de conversaciones antiguas en fala con suave acento mañego que se entremezclan con el rítmico sonido de los cascos de los caballos que bajan desde la torre Conceja. Y aturdidos, como si nos hubieran golpeado levemente con un varita mágica, al Fuente de manantial en el hall de El Duende del Chafaril, San Martín de Trevejo

atravesar el portón la casona nos transporta a un sueño de damas e hidalgos de otro tiempo, de amor y pendencias que han dejado su huella en las estancias del Duende del Chafaril.

Es entonces cuando nos embargan los olores que desde la cocina nos invitan a imaginar nuestra propia historia, a evocar el sueño de nuestro pasado. Allí el duende se ha encarnado en la cocina creativa y generosa del chef Michel de Sande Valle, que un día regresó de Francia a la tierra de sus mayores. Michel, con acento en la e, desaparece cada tanto para convertirse en leyenda. En las noches de invierno sus creaciones, en boca de los serragatinos, eran cada vez más arriesgadas y Restaurante del Duende del Chafaril en San Martín de Trevejosabrosas, sus raciones crecían en nuestra memoria. Ahora regresa para darnos la razón en veladas culinarias inigualables gracias a la magia del duende. El bacalao, como el viajero, no puede encontrar mejor compañía que en este lugar: naranjas, patatas y el inmejorable aceite de manzanilla cacereña, que en la cocina es como el aire que respiramos, que da vida y envuelve cada ingrediente.

La comida en el hotel rural El Duende del Chafaril es como la misma sierra: una combinación única de lo dulce y lo salado, de lo frío y lo caliente, de rojos, verdes y amarillos. Aquí se encuentra lo mejor de la tradición serragatina, el ingenio de su cocina que inventó la fusión cuando en los grandes restaurantes aún reinaba la ortodoxia: la ensalada de naranja, el gazpacho de poleo… Aquí la comida no se encierra entre las losas lustrosas de granito y las rotundas canterías, aquí no se sabe si el aroma de los platos nos acompaña al patio del oloroso pomelo, o si es la fragancia de los huertos, la centenaria buganvilla nos conduce al comedor. No sabemos si Michel de Sande cocina o hace magia: los tiempos de sus fogones convierten sólidos en espumas e inventan flores sabrosas en sus verduras. No sabemos si Michel cocina o son los ingredientes de la despensa extremeña los que convierten sus platos en hechizos; como no sabemos si las voces que oímos son de Daniel Berjano o Mariano Marcos, que una vez resonaron por sus habitaciones.

Spa en El Duende del Chafaril

Después de pasear por el castañar de los Ojesto y de sentarse a descansar y charlar en el patio del hotel, después de gozar la sensualidad de su spa, construido donde el jardín se sombreaba con una frondosa pérgola, el duende nos regala la creatividad de su restaurante, propuestas culinarias que siempre nos sorprenden y que se renuevan con el ritmo tranquilo de la naturaleza. Porque duende se tiene o no se tiene, pero en el Chafaril habita el genio.

Teléfono de reservas. 690 11 18 27

Dirección: Hotel Rural El Duende del Chafaril. Calle Los Caños, 29. San Martín de Trevejo

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Duende entre fogones