viernes. 19.04.2024

Hoy vamos a dedicar nuestra sección a un escritor muy cercano a nosotros, Juan José Camisón (nacido en Torre de Don Miguel en 1949) y muy vinculado a la Sierra de Gata, además, por sus trabajos de investigación del léxico de la zona (Premio “Luis Chamizo de investigación en Dialecto Extremeño”). Ha sido merecedor, también, de varios reconocimientos por su labor poética; pero en esta ocasión nos interesa su narrativa. Hablaremos, en concreto, de El sitarista de Jaisalmer y otros cuentos desconcertantes.

Afirma el autor de estos relatos que su propósito en ellos es “buscar en el lector un efecto sorpresa” que consigue, fundamentalmente, a través de los inesperados desenlaces de la mayor parte de ellos. Son cuentos en los que reflexiona sobre temas tan universales como el amor y el desamor, la vida y la muerte, las ilusiones y la frustración personal y que él es capaz de llevar, en ocasiones, a extremos temáticos y narrativos que nos dejan –cuando menos- desconcertados.

Ha elegido como título genérico de la colección el mismo que lleva uno de ellos. Y no nos sorprende. Además de por la sonoridad del mismo, es uno de los más extensos y quizás de los más logrados de la colección y detrás del cual se intuye un extraordinario trabajo de investigación tanto de la época y el lugar, como de la música, la danza, las costumbres hindúes, los personajes que se mueven en la historia, etcétera. El sitarista de Jaisalmer es una buena adaptación de las maravillosas historias de las Mil y una noches.

Junto a este, otros de localización muchísimo más cercana, como es el caso de Olor a madreselva, cuya acción se desenvuelve en un caluroso lugar del sur, donde reconocemos por sus calles (“Damas”, “La Cuesta del Adarve” o el “Puente de San Francisco”), la ciudad de Cáceres; otros, en ambientes mucho más limitados (En casa de mi amiga Mari, lavándome el pelo la otra tarde). Además, relatos de inspiración cinematográfica (En tránsito), que nos recuerda, inevitablemente, los guiones de Pedro Almodóvar.

La colección lleva el subtítulo de “Otros cuentos desconcertantes”. Y, en efecto, lo son. Sus personajes y las historias que nos cuentan resultan inquietantes. Tal es el caso de Mi hermano Alex (cuento terrible de celos y de odio fraternales), Storyboard (misteriosa historia del pasado amoroso de una monja de clausura), Olor a madreselva (cruel relato sobre la soledad). Aunque también conocemos personajes divertidísimos, como “la Vero” y “la Mari”, jóvenes dispuestas a disfrutar de la vida sin dar nada a cambio; o Susi y Fran (amantes en otros tiempos).

Destacamos la creatividad del autor, así como su maestría en el uso del vocabulario, perfectamente adaptado a todas las historias y situaciones. Además, las múltiples estructuras y personas gramaticales, que conduce con maestría. Y, por supuesto, los personajes, tiernos, crueles, fervientes, difíciles de olvidar.

El sitarista de Jaisalmer y otros cuentos desconcertantes