jueves. 28.03.2024

¡El tren! Camino de hierro de la Dalmacia (VI)

Un viaje de treinta años, sentados en el primer vagón de este ilusionante proyecto colectivo que discurre por nuestro particular camino de hierro de la Dalmacia. Un relato cronológico que, por fin en noviembre de 1904, aparece oficialmente como línea férrea entre las propuestas por la Jefatura de Obras Públicas de la Provincia de Cáceres, como línea de Cañaveral a Ciudad Rodrigo, pasando por Coria

 

 

Se estima una riqueza imponible, de los pueblos beneficiados, de 1.350.000 pesetas, para una población de 18.000 almas. El ferrocarril penetraría en la provincia de Salamanca por el Puerto de Perales. Su longitud prevista es de 87 km, con un coste de 40.000 pesetas a 45.000 pesetas por cada kilómetro.

La Jefatura de Obras Públicas de Salamanca también incluye el proyecto de ferrocarril, para el trazado en su término. La denominación es ferrocarril de Ciudad Rodrigo a Coria, pasando por los pueblos de Bodón, Fuenteguinaldo, Robleda, Peñaparda y Payo, al Puerto de Perales. Propone una bifurcación en Fuenteguinaldo hacia Robleda, atravesando Sierra de Gata con dirección a Coria y Cañaveral.

Al mismo tiempo se propone otra línea para Valencia de Alcántara y Alcántara, enlazando con la anterior en Torrejoncillo, para 34.000 habitantes, con una riqueza imponible de 3.000.000 de pesetas. La longitud sería de 120 km y el coste de 50.000 pesetas por cada kilómetro.

La Diputación Provincial de Cáceres publica esta misma línea de Cañaveral a Ciudad Rodrigo, por Torrejoncillo, Coria, Moraleja, Perales, Hoyos y el Puerto de Perales hasta el límite con la provincia de Salamanca, y añade otra más que denomina: “línea desde Ciudad Rodrigo a la estación de Almorchón”, pasando por Plasencia, Trujillo y Logrosán. Además de pasar por Gata o Descargamaría, Torre de Don Miguel, aproximándose a Villanueva de la Sierra y Ahigal. Para 55 kilómetros”.

El Boletín Oficial de la Provincia de Cáceres, del 2 de septiembre de 1904 incluye la línea como  Estación de Cañaveral, en el ferrocarril de Madrid a Cáceres y Portugal, a Ciudad Rodrigo. Esta línea se desarrolla en los 65 kilómetros últimos paralela e inmediata a la carretera de segundo orden de Puente de Guadancil a Ciudad Rodrigo.

La Comisión de Fomento, 4 de octubre 1904, decidió que de los tres grupos de mayor importancia y utilidad dentro de la provincia de Cáceres, se incluyera en el grupo primero una línea con una longitud de 87 kilómetros, denominada “desde la estación de Cañaveral, en el ferrocarril de Madrid a Cáceres y Portugal, a Ciudad Rodrigo”.

Es la Comisión de Fomento la que incluye, a principios de 1905, en el Plan de Ferrocarriles Secundarios, uno que partiendo de Ciudad Rodrigo termine en la estación de Río Tajo, entre Cañaveral y Garrovillas de Alconétar, en el ferrocarril de Malpartida de Plasencia a Cáceres. Trazado este que prevalecerá de aquí en adelante, hasta un determinado momento en que se vuelve al proyecto de estación de Cañaveral. El recorrido total será de 132 kilómetros.

Es publicado de nuevo en el Plan Supletorio de Ferrocarriles Secundarios aprobado por Reales decretos de 10 y 31 de marzo de este año de 1905, como Ciudad Rodrigo, por Hoyos, Coria y Torrejoncillo, a la estación de Río Tajo, en el ferrocarril de Malpartida de Plasencia a Cáceres.

La Gaceta de Madrid (1907) promulgó la nueva Ley de Ferrocarriles Secundarios y su correspondiente Reglamento, en el que se adjunta el Plan de Líneas Secundarias formado con arreglo a los dispuesto en el artículo 21 del Reglamento. Entre estas líneas se encuentra la secundaria comprendida en el plan oficial de Ciudad Rodrigo, por Hoyos, Coria y Torrejoncillo, a la estación de Río Tajo, en el ferrocarril de Malpartida de Plasencia a Cáceres, cuya longitud se calcula, en principio, en 132 kilómetros aproximadamente.

El 1 de marzo de 1908 se publica una nueva Ley de Ferrocarriles Secundarios y Estratégicos, incluyéndola de nuevo en el apartado de líneas situadas en la Península. El café con leche, aunque sin azúcar, está servido.

Su inclusión como ferrocarril secundario y estratégico supone la participación directa del Estado en su construcción y mantenimiento. España comprendió la trascendencia que tenía el ferrocarril en tiempos de guerra ante la inoperancia para el trasporte de mercancías y de mineral de wolframio. El trasporte de soldados, caballos, carruajes y artefactos de guerra era más rápido por tren que por carretera.

El ferrocarril estratégico se construye con objetivos puramente militares y, por no hallarse justificado por necesidades comerciales, sólo pueden ser construido directamente por el Estado o asegurando este un interés mínimo al capital que haya invertido la industria o la banca privada. Su ancho de vía es de 1m entre carriles, frente al ancho normal que es de 1,67 m y distinto al europeo que es de 1,44 m.

En estos términos fue clasificado el ferrocarril de Ciudad Rodrigo a Río Tajo. Como “ferrocarril secundario” destinado al servicio público y como “ferrocarril estratégico” que, con independencia de esa prestación al interés general, deben atender directamente las necesidades o conveniencias de la defensa nacional.

Para los ferrocarriles estratégicos, el Estado daba una concesión por noventa y nueve años, con la condición de que a los cincuenta de su explotación podía ser incautado. El ancho de vía es normalmente de 1m, salvo que el terreno no lo permita. A los ferrocarriles secundarios se les aplica la misma legislación que a los de interés general

Todo esto espolea las movilizaciones a favor del proyecto. En Ciudad Rodrigo y  Hoyos, se reúnen en asamblea los representantes de los pueblos interesados en la construcción del ferrocarril de Ciudad Rodrigo a Río Tajo, acordando designar  comisiones gestoras, con amplios poderes, para tratar con las compañías y entidades que puedan encargarse de llevar a cabo la línea, que es de conveniencia para los intereses de la región.

En Ciudad Rodrigo, ya en el año de 1907, se habían reunido en su Ayuntamiento, para tratar de ver con qué podía contribuir cada municipio, cuyo término resultaba beneficiado por el trazado de la vía, en la ejecución del proyecto. Nombraron una comisión para potenciar y favorecer la construcción del ferrocarril. Representantes de los pueblos de Pastores, La Encina, Bodón, Martiago, Fuenteguinaldo, Robleda, Casillas de Flores, Villasrubias, Payo, Peñaparda y Navafrías, acudieron por ser beneficiarios o pensar que podrían serlo, principalmente Navasfrías al tener explotación de minas.

En ese mismo año, pasado el plazo exigido, la Dirección General de Obras Públicas concede permiso a Francisco Fernández Llano, para que estudie y verifique, en dos años, el proyecto de un tranvía eléctrico desde Perales del Puerto a Cañaveral y otro desde Cáceres a Logrosán, pasando por Trujillo (Gaceta Oficial de 2 de diciembre de 1907). Todavía la idea del tranvía eléctrico se entrecruza con la del tren secundario.

Espoleados por esta asamblea celebrada en Ciudad Rodrigo, los ediles de la muy leal y noble ciudad de Coria, convocaron reunión en su Ayuntamiento, el día 13 de febrero de 1908, para tratar sobre la construcción del ferrocarril. La presidieron el diputado a Cortes, Laureano García Camisón y Domínguez, y el secretario de Cámara José Fogués y Cogollos, en representación del Obispado. A ella asistieron el alcalde de Coria, Agustín Roso, y los concejales de esta ciudad, Donato Reyes, Eulogio Serrano, Trifón Parro y Matías Arceredillo. En representación de la Diputación Provincial, Julián Martín García.  

Por los diferentes Ayuntamientos beneficiados del trazado del ferrocarril asistieron: Luis Serrano Floriano (Torrejoncillo); Tomás Clemente Granado (Portaje); el diputado Victoriano Pascual de Sande (Distrito de Hoyos); Benigno Arrojo (Alcalde de Hoyos); Mariano Guervós (abogado de Gata).

Por los mayores contribuyentes: Patricio Muñoz (abogado); José Lomo Zugasti (abogado); Joaquín Alarza (Propietario); Eusebio Valiente (Propietario); Rufino Gutiérrez (Propietario); Francisco Muñoz (Propietario); José Muñoz Muñoz (Propietario); Julián Clemente Hernández (Propietario); Cesáreo Mendo Collado (Comerciante); Abundio Bordallo (Comerciante); Julián Izquierdo (Comerciante); Hermenegildo Sánchez (Propietario); José de Echavarri; Eusebio Valiente, entre otros.

De la participación de los mayores contribuyentes, esto es propietarios industriales, agricultores-ganaderos y comerciantes, se deduce la gran importancia que comenzaban a darle a este proyecto de ferrocarril, el cual comenzaban a vislumbrar como posible.

Foto.- Línea Liverpool-Manchester 1830.

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