martes. 23.04.2024

La materia no existe

A medida que la ciencia ha ido avanzando, hemos pasado de la materia al átomo, a las partículas subatómicas, a los paquetes de ondas, a los cuantos y a la teoría de las supercuerdas vibratorias, estas últimas representadas por música y color; es decir, vibración. El Universo es una sinfonía de música y color. Pero la cosa no acaba ahí

 La materia interior
La materia interior

En mi juventud, en mi época de estudiante, tuve la gran suerte de que entre las asignaturas que cursé, se encontraran la física y la electrónica. En aquellos momentos, había  aspectos de estas materias que no me llamaban especialmente la atención. Pero al llegar a cierta edad y cierta inquietud de búsqueda, me han llevado a plantearme interrogantes sumamente atractivos.

Uno de los padres de la física cuántica, no sé si Albert Einstein o Max Planck, dijo algo parecido a lo que cito a continuación: si alguien está cerca de entender qué o quién es Dios son aquellos que estudian la física, la materia y la energía en su más mínima expresión.

Últimamente hay mucha gente a la que se le llena la boca hablando de física cuántica, de la curación cuántica, del cerebro cuántico…Pero, ¿Qué es la física cuántica?

Por decirlo de una manera sencilla, la física cuántica es una de las dos grandes ramas de la física (la otra es la física clásica) que estudia la materia y las leyes que la gobiernan, pero a niveles infinitesimales, en su origen. Toma su nombre de la expresión “quanto”, que significa algo así como: las fuerzas y las partículas son creadas y gobernadas por el intercambio de paquetes discretos de energía llamados cuantos. Y el valor de un cuanto depende de la magnitud de la que se esté hablando, luz, carga eléctrica, gravitación…

Pero el interrogante que  a mí me atrae y me inquieta es: ¿existe la materia? Y la respuesta es No, pero a la vez es SÍ. ¿Y cómo es esto posible?

Por un lado la repuesta es no, porque según la famosa física cuántica, todo lo que existe es energía en diferentes grados de vibración o en diferentes grados de condensación.

Por otro lado la respuesta es sí, porque el ser humano o los científicos o quien haya sido, ha o han llegado al acuerdo de llamar materia a una determinada manifestación de lo que hay ahí fuera. Y por ello a esa manifestación la llamamos materia.  

Veamos un ejemplo con el color, el verde. Hay una determinada banda de energía a la que hemos llamado luz visible, que va desde una longitud de onda de 400 nm (nanómetros), a la que hemos llamado violeta, hasta los 750 nm que llamamos rojo. Dentro de esta banda hay una zona, de 495 a 570 nm a la que hemos llegado al acuerdo de llamar verde, y es el color verde, porque así lo hemos acordado, pero en realidad  es una frecuencia, una manifestación de la energía. Pues lo mismo pasa con la materia, que a un determinado grado de vibración de la energía lo hemos llamado materia.

Y entonces la energía, ¿de dónde sale, de dónde salió?

A continuación voy a tratar de resumiros, mi forma de ver todo esto y a donde nos lleva.

A poco que se entienda la teoría de la relatividad de Einstein, que afirma que materia y energía son equivalentes, la pregunta planteada se responde sola. Para ello solo hace falta pensar qué es y cómo funciona una bomba atómica o una central nuclear. 

A medida que la ciencia ha ido avanzando, hemos pasado de la materia al átomo, a las partículas subatómicas, a los paquetes de ondas, a los cuantos y a la teoría de las supercuerdas vibratorias, estas últimas representadas por música y color; es decir, vibración. El Universo es una sinfonía de música y color. 

Pero la cosa no para ahí, ahora la física habla del “vacío cuántico” de donde todo emerge. Pero esta expresión es contradictoria, ¿cómo puede surgir algo desde el vacío? Tiene que haber “algo más profundo” de donde todo surge.

Los físicos cuánticos y los astrofísicos modernos están cambiando esa expresión, por la de “energía de fondo” o “vacío preñado” y representa la plenitud de todas las energías posibles y sus eventuales densificaciones en los seres. Otros científicos prefieren llamarlo “la fuente originaria de todo ser”.

No es algo que pueda ser representado, en la forma convencional del espacio-tiempo, pues es algo anterior a todo lo que existe. Anterior al espacio-tiempo, anterior a las 4 fuerzas elementales que gobiernan la materia e incluso anterior a la propia energía.

Algunos lo imaginan como un vasto océano, sin márgenes, ilimitado, inefable, indescriptible y misterioso en el cual existen todas las posibilidades y virtualidades de ser. De este océano  emergió sin que podamos explicar cómo ni por qué, aquel punto cósmico, supercaliente, lleno de energía, que explotó en aquella singularidad que conocemos como el Big Bang, dando origen a nuestro Universo, al espacio-tiempo, a la energía y a la materia.

Pero hay algunos científicos, que piensan que al igual que surgió nuestro Universo, desde aquel vacío preñado, desde aquella energía de fondo, hayan surgido otras singularidades, otros Big Bang, en definitiva otros universos paralelos o en otras dimensiones.

Este espacio, este Universo nuestro, no es una cosa estática, está en continuo movimiento, pero que tiene que haber “algo” que lo organice, que lo mantenga en un cierto equilibrio para que la materia y la energía se manifiesten en los seres vivos, dentro de una estabilidad.

Nosotros percibimos la materia como algo sólido, pero solo porque las vibraciones de las energías que la componen o la forman es tan rápida que nuestros sentidos corporales no la captan. 

Para esto nos ayuda la física cuántica, que dice que la energía es y está en todo. Sin energía nada puede haber o subsistir.

Nosotros como seres conscientes y espirituales, somos la síntesis de una energía, extremadamente activa, sutil y complejísima.

Y ¿qué es esa energía de fondo, que se escucha en todo el Universo, que está en todo el Universo, lo organiza todo y se manifiesta en todas las formas?

No hay ninguna teoría que defina a esta energía. Además necesitamos de una determinada manifestación de la energía, para definir a la Energía de la que todo procede. No es fácil definir desde dentro de algo a la Totalidad. No es fácil para un átomo, si es que pudiera tener esa facultad, describir qué es y cómo funciona todo un Universo en el que se encuentra inmerso. Y nosotros seres pensantes, pero limitados, ¿queremos definir a ese “algo” de donde todo procede? No es fácil siendo la expresión de algo definir el cómo, el porqué, el para qué, desde cuándo, hasta cuándo… de el TODO.

En las religiones lo llaman Dios, pero eso lleva una serie de connotaciones, yo prefiero llamarlo el Origen, la Fuente, el Profundo, el TODO…

Hasta otro día amigos.

Un abrazo

Agustín 

La materia no existe