viernes. 19.04.2024

107. ¡Padres!

Los gobiernos se agotarán haciendo Planes de Educación, quitando una asignatura y poniendo otra. Pero eso solo es conocimiento, de libro, la buena educación y las buenas personas se hacen en casa. Y en casa los educadores son los padres. No le echemos la culpa a los demás, no echemos pelotas fuera, no vayamos a pelearnos con el profesor de turno. Seamos valientes y miremos dentro de casa, a ver que estamos enseñando

Padres

No hace mucho hablando con un amigo, salió en la conversación el conocido tema de ¿Qué mundo le vamos a dejar  a nuestros hijos?.

Este amigo está preocupado por el futuro de sus hijos. No sabe qué hacer, pues sus hijos son muy pequeños, si dejarles  herencia para que estudien o gastárselo con su mujer y que “Dios les coja confesados”.

Lo de que Dios les coja confesados suena un poco fuerte, pero me parece que no tiene que ver con su supuesta preocupación.

Ahora es muy frecuente en diálogos y tertulias que surja la frase: ¿Qué mundo le vamos a dejar  a nuestros hijos?. Como mostrando una preocupación por el futuro, al igual que este amigo.

A mí personalmente este enfoque no me preocupa mucho y por ello cada vez con más frecuencia me sale la contestación “ y a mí que me importa”.

Quizá suene un poco mal y fuerte, pero es que a mí realmente lo que me importa y me preocupa es otra cosa: ¿Qué hijos le vamos a dejar a nuestro mundo?

Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon por mis cosas, por mis estudios, me alimentaron bien, me animaron a estudiar fuera de casa. Hecho, este, que considero fundamental, pues te ayuda a quitarte la venda, la boina, a descubrir que ahí fuera hay otros mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu casa. A la vez  que te ayuda a desenvolverte a ti solo, sin dependencias, físicas o emocionales.

Mis padres se volcaron para que fuera feliz. Y me exigieron mucho, o al menos así me lo pareció.

Pero ¿Qué mundo me dejaron? Pues mirad bien, me dejaron, después de la guerra civil española y la segunda guerra mundial: La guerra de Corea, Vietnam, Los Balcanes, La guerra de los 6 días de Oriente medio, Irak, Afganistán, Ruanda… para que seguir. Cuando recuerdo el camino seguido por el ser humano casi que me deprimo, guerras y más guerras. Pero las guerras no las provoca el planeta, las provoca el hombre.    

¿Vosotros creéis que mis padres se preguntaban por el mundo que me iban a dejar? Si la velocidad que esto cambia, ni se lo podían imaginar.

Lo que si hicieron fue intentar darme una buena educación y eso se lo agradeceré siempre. Si no la adquirí fue culpa mía.

Eso es lo que yo quiero y he intentado dejarle a mis hijos, porque si me pongo a pensar en el futuro que nos espera, me entrará la depre y además, no servirá para nada, porque no les ayudaré lo más mínimo.

A mí me gustaría que mis hijos, los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, sinceros, leales. Lo que por ahí se llama “buena gente”.

Porque si son buena gente, harán un mundo bueno. Por tanto menos preocuparse por los hijos y más darle buena formación: que sepan distinguir el bien del mal, lo correcto de lo que no lo es, que piensen en los demás, que no todo vale, que sean generosos…

Los gobiernos se agotarán haciendo Planes de Educación, quitando una asignatura y poniendo otra. Pero eso solo es conocimiento, de libro, la buena educación y las buenas personas se hacen en casa. Y en casa los educadores son los padres. No le echemos la culpa a los demás, no echemos pelotas fuera, no vayamos a pelearnos con el profesor de turno. Seamos valientes y miremos dentro de casa, a ver que estamos enseñando.

A ser buenas personas se aprende en casa. Y tengamos en cuenta una cosa muy importante: no hijos no aprenden de lo que se les dice, si no de lo que los padres hacen y como se comportan. Aprenden de lo que ven.

Lo fundamental en la educación son Los Padres. Ya sabemos que todos tienen mucho trabajo, que el padre y la madre llegan cansados a casa, que mientras llegan los hijos ven tele basura o juegan a video juegos idiotas que no les llevan a ninguna parte, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la autoridad de los padres es cosa del pasado, que no les castiguemos que se traumatizan, bla, bla, bla... Lo sé y lo sabemos todo. TODO. Pero no vaya a ser que por saberlo todo no hagamos nada. Y demos al mundo personas que se destruyan y lo destruyan.

¿Que hijos vas a dar al mundo?

Hasta otro día amigos.

Un abrazo.

Agustín.

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107. ¡Padres!