viernes. 19.04.2024

Reflexiones de luz

Los colores no existen en ausencia de luz, la vida no existe en ausencia de luz, porque incluso en las simas abisales del océano los animales que allí viven han generado sus propias fuentes de luz

Los pétalos de una flor son luz condensada, el sistema nervioso es luz condensada, el ADN es luz condensada y, en general, todo cuanto existe es luz en diferentes estados de vibración. Pero la cualidad de la luz como transmisora de información, con ser importante, no lo es tanto como su cualidad de revelación de mostrar y hacer evidente la creación.

Los colores no existen en ausencia de luz, la vida no existe en ausencia de luz, porque incluso en las simas abisales del océano los animales que allí viven han generado sus propias fuentes de luz.

Luz es el campo astral, aunque los ojos no la perciban y luz son los pensamientos y, sobre todo, luz es el campo de energía pulsante que genera eso que llamamos Espíritu. Luz pulsante no visible para los ojos físicos, sí para la glándula pineal, sí para el corazón y sí para los niños recién nacidos.

Estamos todos unidos por hilos de esa luz pulsante y cuando dos corazones se unen, el campo de energía que generan alimenta a los seres vivos que conviven con ellos, sean estos personas, animales o plantas. Esa luz es vida, por tanto es la que sana, la que aumenta las defensas del organismo y la que hace que las células sepan por qué hacen su trabajo, lo que produce salud y bienestar. Por tanto la generación de buenos sentimientos y por ende buenos pensamientos, es sinónimo de salud, su ausencia genera enfermedad, simplemente por falta de luz.

Los filtros para captar la luz que desprenden las energías del entorno están en función de nuestra capacidad de sintonización.

Normalmente tenemos muy despiertos los sensores que captan del exterior aquello que nos puede afectar de alguna manera, pero no ocurre lo mismo con los sensores internos; si dedicáramos 10 minutos a observarnos por dentro nos daríamos cuenta de nuestra capacidad de sintonización con la vida.

Sintonizar con las energías propias y las del entorno nos permite “saber” qué nos está ocurriendo realmente, además de poder percibir las energías que proceden de los demás, ya que “sintonizar” es sinónimo de vibrar en la misma frecuencia y cuando eso ocurre es cuando se disuelven las fronteras del “tú y el yo” creándose un “nosotros” sanador, portador de luz y generador de corrientes de información cuántica a la que llamamos intuición. Desde el principio de los tiempos todo ha sido LUZ.

Hasta otro día amigos.

Un abrazo.

Agustín.

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